Quiero entrevistar a un periodista que se ha pasado más de media vida realizándolas. (para La Contra de LA VANGUARDIA lleva más de 1.500 entrevistas publicadas)
“No estoy acostumbrado a que me hagan preguntas, las hago yo” me dice sonriendo al darme un abrazo.
Me cito con él en el céntrico café Zúrich de Barcelona, sé que le gusta el sitio y quiero que se sienta cómodo. Además de compañero, es amigo y pretendo que lo que salga de aquí sea una conversación distendida. Algo normal entre dos colegas que toman un café y que les sirva a ustedes para conocer más al “Víctor” que se esconde tras el Víctor Amela.
EL ADOLESCENTE IRRESOLUTO
Víctor Amela: Alfonso, no te imaginas los recuerdos que me trae este local. En mi época de instituto hacíamos pellas y veníamos aquí, nos sentíamos los Reyes del Mambo. Uno de los compañeros tenía un desparpajo alucinante y yo lo adopté como mi personal “gurú” para ayudarme a vencer mi timidez.
Alfonso Martos: ¿Tú eres tímido?
V.A: Mi padre fue un hombre muy autoritario, eso me marcó mucho. Además, yo tenía mis complejos, siempre fui corto de vista y enclenque, eso tampoco me ayudaba.
Mira, para que veas que soy sincero, tengo un hermano que es un guaperas y de joven trabajó de DJ en una disco de la costa. Una noche fui allí a verle y al terminar la noche me dijo: “ahora viene lo más difícil”, no entendí lo que me decía hasta que salimos del local… En el muro junto a la salida varias chicas estaban allí, (sus fans), mi hermano miró a una y se marchó con ella. Obviamente yo me fui más solo que la una.
A.M: Pero vamos a ver, yo te veo siempre muy suelto en tus intervenciones televisivas y radiofónicas (Víctor y yo hemos sido compañeros en un programa de RNE con el gran Juan Ramón Lucas), en las entrevistas que realizas en La Contra…
Me inclino hacia él– ¿Quién es Víctor?
V.A: Alfonso, Víctor en un gran tímido que se esconde detrás de las personas que entrevista.
—Lo entiendo cuando me cuenta que, a los 23 años, y por amor; pierde su virginidad con la que después sería la madre de sus hijos—
A.M: ¡Coño Amela, eres un romántico! (exclamo)
V.A: Así es Alfonso, yo soy de ese “0,0001%” que cree que el amor correspondido y perfecto existe. Oye, que yo desde el minuto uno me ilusiono, en serio.
—Me cuenta algunas de las experiencias que vivió tras separarse de su ex, hay de todo un poco, algunas buenas, algunas regulares y algunas TERRORÍFICAS (por respeto no le pregunto nombres) Actualmente tiene una feliz relación con una mujer cubana—
«Creo que María Jiménez me lo puso a huevo, pero me corté«
A.M: Oye, dime… ¿En alguna de tus entrevistas, tuviste “tema que te quemas” con alguna persona?
V.A: (sonríe) Alfonso, recuerdo una vez que entrevistando a María Jiménez se puso a estirarse en el sofá donde estábamos sentados, no sé, me dio la sensación de que me lo estaba poniendo a huevo, pero me corté y no pasó nada. Otra vez, en casa de Terenci Moix, él estaba recostado en su sofá con un batín de seda y me lanzó una mirada con ojos golosos…
¡Soy heterosexual y tampoco pasó nada!
A.M: Sé qué hace un tiempo, y para saber que se sentía, realizaste una ceremonia de enterramiento, juntaste a un grupo de amigos y te metiste dentro de un ataúd para permitir que te tirasen tierra encima después. Eres un poco morboso tú…
¿A qué tienes miedo realmente?
V.A: A perder la vista. Tengo un montón de dioptrías y la posibilidad existe.
A.M: Háblame de tu última novela
V.A: Vaya, ¿me dejas hablar de mi libro? (me pregunta en tono socarrón)
Estoy muy contento con la respuesta que está teniendo.
SI YO ME PIERDO, que así se llama, es una novela sobre los 98 días que Federico García Lorca pasó en la Cuba dorada de 1930.
En un principio fue invitado a pasar allí una semana para hacer unas conferencias y llegó desde Nueva York, ¡pero vivió allí más de tres meses!
La música que escuchó, las noches de Malecón, las sensualidades allí vividas; lo marcaron para siempre. ¡Federico se sintió libre con su homosexualidad! En mi novela cuento lo que allí vivió… Encontrareis fotografías de la época, testimonios personales. Seguí sus pasos y lo escribo en SI YO ME PIERDO.
«Si yo me pierdo-advirtió por carta a sus padres-que me busquen en Cuba«
Y se perdió, ¿para encontrarse? … Finalmente, un día, les comento a sus amigos cubanos: “Hago falta en España” y se fue.
Firmaré libros este domingo, día de San Jordi (23 de abril), en estos emplazamientos:
A.M: Dimos buena cuenta de un jamón estupendo, nos abrazamos y nos despedimos. Gracias por tu tiempo, amigo Víctor.
No eres tímido, eres sensible, buena persona y un señor. Además, te diré que los «atractivos documentados«, somos los que nos llevamos el gato al agua, los guapos solo tienen un espejo donde mirarse.