DRON el arma definitiva

Cada época ha tenido su arma de guerra. Actualmente la I.A. es lo que prima, estoy hablando de los drones.

Desde un emplazamiento militar en Nevada (EE.UU) y en una especie de containers con cierre de alta seguridad y acondicionado para dos butacas y varias pantallas, unos operadores que se autodefinen como “cazadores” manejan cómodamente, como si se tratase de un videojuego, el vuelo y destino de drones cargados de misiles “hellfire”.

Misil Hellfire en el ala del dron

Estos engendros mecánicos son capaces de volar miles de kilómetros y transmiten en vivo y en directo a su operador o cazador la “diana” conseguida mediante su cámara de alta definición incorporada. Así de crudo, así de sencillo.

Puesto de mando con dos operadores o «cazadores» que manejan el dron

«El misil Hellfire fue el más utilizado durante el mandato de Obama. Curiosamente este presidente obtuvo el Premio Nobel de la Paz»

Estamos hablando del modelo MQ-9 Reaper (o Segador como también se le conoce) no necesita tripulación y puede ser operado desde miles de kilómetros de distancia, como casi todos los de su tipo.

El dron localiza el objetivo a abatir, transmite la imagen al operador y este dispara los misiles sentados en su puesto de mando en Nevada. Este aparato es el non plus ultra de los drones que Estados Unidos usa para operaciones militares en ataques aire-tierra, y supera a sus antecesores tanto en alcance y carga útil, como en tiempos de vuelo. Puede alcanzar una velocidad de 300 kilómetros por hora cargando cuatro misiles Hellfire y varias bombas y se mantiene en el aire por 14 horas.

MQ-9 Reaper (conocido coloquialmente como «segador»)

 Es un aparato de 20 metros de envergadura y 11 metros de largo con casi cinco toneladas de peso que se destaca, entre otras funciones, por:

. Un sistema eléctrico más potente que modelos  

anteriores, lo cual lo hace muy superior en misiones de ataque.

El cableado necesario para disparar misiles Hellfire o similares.

. Un tren de aterrizaje reforzado que le permite cargar con el peso del armamento tanto en el despegue como en el aterrizaje.

. Un soporte que le permite almacenar combustible extra si tiene que mantenerse en vuelo por más tiempo.

. Antenas de comunicación de mayor alcance y cámaras de vigilancia más modernas.

Es decir, estamos hablando de una auténtica fortaleza volante sin tripulantes.

Su creación permitió que se sustituyese el lanzamiento de misiles desde buques.

Las primera misión importantes de estos aparatos fue en 2002 durante la guerra de Afganistán, y también se usó en Irak, Yemen, Pakistán y Somalia. Desde esas fechas los drones evolucionaron hasta llegar al Reaper.

Si bien es cierto han provocado críticas al gobierno estadounidense, por sus costes elevados. Adquirir un MQ-9 Reaper cuesta más de US$16 millones la unidad y Estados Unidos opera alrededor de 100 de ellos, a través de varias agencias. Es el primo hermano de su versión predecesora el Predator, siendo más grande y eficaz. Superando a su vez a similares como el CH-5 chino que solo puede volar a una altura de 9.000 metros, mientras que el Reaper lo hace a los 12.000 y 15.000 metros.

General Atomics la compañía americana fabricante, también los ha vendido a Reino Unido, España, Holanda y Francia.