Algunas veces cerramos los ojos para tratar de pensar que no vivimos la realidad. También hay instantes en que queremos congelar el tiempo y tratar de que ese momento sea interminable. En películas de ficción se presenta la creación de la máquina del tiempo, a través de la cual se puede conocer el futuro y regresar al presente, con la posibilidad de corregir errores o de provocar sucesos deseados, pero eso no deja de ser una pura quimera.
El pasado marca muchas veces la vida de ciertas personas. “Si hubiese podido evitar ciertos capítulos, tal vez el presente tendría otro curso”, seguramente piensan.
El futuro, despierta incertidumbre y muchas veces causa estrés y preocupación.
«A pesar de esto, la realidad solo demuestra que el pasado debe quedar atrás, el presente debe vivirse con intensidad, sabiduría y cautela, para que el futuro no se convierta en el arrepentimiento de decisiones del pasado»
No se sabe si el destino que muchas religiones pregonan existe, pero al menos se debe tener un norte, un objetivo, un camino a trazar. Que las decisiones de hoy se conviertan en éxitos del mañana.
Las cosas se pueden cambiar, porque los seres humanos podemos cambiar.
Las reflexiones bien ejecutadas pueden ser la pauta para transiciones y estos pueden traer mucha satisfacción en todos los estados de la vida. Así que, si hoy usted decide trasformar cosas de su vida; será para bien…
¡Seguro!