La RAE define esta palabra así: “Facilidad para creer cualquier cosa”
Y también así: “Capacidad para tolerar cosas inconvenientes”
Pues bien, las tragaderas que este candidato actual tendrá que tener serán épicas, sí como parece quiere formar gobierno y sentarse en su poltrona 4 años más. Un candidato que no mencionó la palabra amnistía en ningún momento (no sea que se le pifie la cosa)
Hace no mucho tiempo, tildaba a Puigdemont de “malote” y decía convencido, que se le tenía que traer para juzgarlo. Ahora no, ahora en aras de la concordia, la generosidad y la política, se tiene que aplicar un “pelillos a la mar”, o sea: “no te preocupes, ven cuando quieras ya que lo que pasó en el 2017 no cuenta”.
¡Vamos, que te doy la amnistía! (Pero no digo la palabra)
Ya se da por “acordada” esta gracia, a la amnistía me refiero, ya que lo otro, lo de la autodeterminación o votación de cuatro “pelagatos” para separarse de España; no deja de ser una cortina de humo que se sabe y se sabía que jamás podría tomar forma. Lo de la amnistía es harina de otro costal, metiéndolo por la puerta de atrás, hasta cuela.
» Y veremos entrar entre acólitos separatistas al que se fue en el maletero de un coche… y cuál Tarradellas gritará un: ja sóc aquí (ya estoy aquí)»
Lo que está claro es una cosa, y es que haga lo que haga; Sánchez se está poniendo una soga al cuello (políticamente hablando, claro está)
Y si no, tiempo al tiempo.