Que un personaje con un nivel superlativo se crea Dios, no es nuevo. Pero que sea un «presunto maltratador sexual» (hasta que no le condene un juez, yo utilizaré el calificativo de presunto) me parece deleznable.
El Sr. Errejón presunto «agresor», creo que ha tenido cómplices en la callada por respuesta. Me parece increíble que ciertos –comportamientos / adicciones – no fuesen detectados por nadie de su fuerza política. Todo resultó ser mentira, una persona al que se calificó como «adalid del feminismo» parece que resultó ser un hipócrita,
¡Repartía «rejonazos» alegremente empolvando todo con mucho vicio, presuntamente claro!
¿Quién asume con el coste político? Yolanda Díaz sabía que estaba en terapia ¿y no le pregunto nada más sobre ese tratamiento? y lo tenía como portavoz de su fuerza política… ¡alucinante! Parece que antes de salir por la puerta de atrás, Errejón dio un último «rejonazo» a su fuerza política.
Y me hago una última pregunta: ¿A qué esperan las «feminazis» para invadir las calles gritando sus rabiosas consignas?
Ah claro, claro, que ahora no toca.