La cobardía de utilizar a sus “acólitos” como parapeto para lograr-una vez más-una fuga; es el comienzo del fin de un hombre que en su día fue máxima autoridad de Cataluña.
Se afianza el descrédito de un personaje que en el 2017 proclamó la independencia de la autonomía y el restablecimiento de la “República Catalana” como un estado soberano, para 44 segundos después anular lo dicho… ¡Ja!
Como un agitador cualquiera llegó ayer, gritó consignas y tras cinco minutos (tiempo medido para salir por piernas) se fue.
No se abrió el Mar Rojo tras agitar su báculo, no hizo atravesar a su pueblo montañas y desiertos para encontrar la tierra prometida, este solo es un “Moisés de opereta”.
Y eso que declaró días antes su intención de estar en el parlamento catalán durante el debate de investidura; otra mentira más… ¡Ja!
Todo estaba estudiado, todo estaba preparado… los del sombrero de paja su “guardia Pretoriana”, vigilaban y controlaban la huida tras el escenario impidiendo que la policía hiciese su trabajo poniendo un muro humano entre los funcionarios y su «Dios«. Perdón, un muro humano no, mejor diré que solo eran una turba berreando.
Claro que si te paras a pensar no se le podía detener-corren peligro los 7 votos de Junts que necesita Sanchez-
Así que ahí dejo abierto, para tu consideración, porque no está ahora este Sr delante de un juez.
Lanzo una pregunta más:
¿no dijo que si su partido no ganaba las elecciones autonómicas se retiraba de la política? Claro claro, él sigue queriendo, él sigue necesitando protagonismo y no se da cuenta que está acabado.
Es el principio del fin de la “venta de humo”