La primera región francesa con la que nos encontramos al cruzar la frontera de nuestro país es la antigua Languedoc-Rosellón.
Carcasona– Su ciudadela medieval ocupa una meseta, es impresionante.
Sète– Con el puerto pesquero más grande del mediterráneo.
Béziers– Con un pasado de 27 siglos, el visitante se encuentra con la Catedral de Saint–Nazare
Pézenas– Localidad conocida por ser centro de un gran numero de tiendas de antigüedades.
Nimes– Ciudad de más de 2.500 años.
Uzès– Con sus plazas arqueadas y sus callejuelas medievales y estrechas.
Aigues Mortes– Ciudad de artistas, creadores y buenos cocineros.
Le Grau du Roi– La población se ha convertido en una estación balnearia, con sus calles peatonales y sus 18 kilometros de arena fina en sus costas.
Perpiñán– A los pies de los pirineos con sus grandes encantos pasados de cine para adultos a donde emigraban todos los españoles de los sesenta a ver cine para adultos en tiempos de prohibición. Y donde ahora se alberga el festival de fotoperiodismo: Visa pour l’image el mes de septiembre.
Collioure– Los cimientos de su campanario sumergido en las aguas del mediterráneo, atrajeron a pintores del “Fauvismo” como Matisse, Dufy y Picasso. Son famosos sus vinos ( DOC Banyuls-Collioure ) y sus exquisitas anchoas.
Céret– Famosa por sus cerezas es un punto también para su arte moderno.
Narbona– Primera ciudad romana de la Galia, fundada en el año118 a.C Corazón de unos viñedos donde el enoturismo desarrolla los “wine safari” organizados por la oficina de turismo.
Mende– Enclavado en el valle alto del Lot, posee un casco antiguo increíble de donde manan un gran numero de fuentes y esta rodeado de un bosque de pinos negros. Esta localidad acoge un gran nuero de rallys automovilísticos y campeonatos de motocross. Su arte, su historia, su vinoteca, su cocina y sus establecimientos hoteleros, algunos de ellos castillos y casas solariegas; hacen de esta región un destino irresistible para visitar.
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