El fin del verano y la discreción de lo vivido

(lectura prohibida para obtusos)

Es un paso del desenfreno a la contención. Un desbordamiento que nos conduce a un punto salvaje y la contención que sabemos que es “socialmente” correcta. Se repasa mentalmente lo vivido en el estío; los perfumes, los sabores, las sensaciones de lo íntimo. Y una suave sonrisa se dibuja en nuestros labios.

Y todo debe quedar para nuestros adentros, porque nos pertenece, porque vive en nuestra privacidad, y es allí donde reside sin exageraciones ni falsedades. Porque si lo cuentas, rompes la magia de lo personal; de lo auténtico

Hay que dejar la vanidad a los que no tienen otra cosa que exhibir…

Porque si eres inteligente, sabrás que tan solo debe tener dos protagonistas: la propietaria de la sonrisa que te daba la vida con los pelos enmarañados en “algunas” tranquilas mañanas de verano y tú.

Dejo esta frase del gran Balzac, para pensar y para seguir:

“Elegancia es la ciencia de no hacer nada igual que los demás, pareciendo que se hace todo de la misma manera que ellos”

Honoré de Balzac