Dejar ir…

Normalmente, y así es; un periodista analiza, contrasta y escribe sobre un tema. Sin acritud, pero con verdad. Aunque duela y no guste a ciertos lectores. Esta vez la crítica es para mi, y me debo la misma sinceridad. Aunque lo que escriba no me guste al leerme.

Nunca fui hábil para los puzles.

En el momento de recomponer los pedazos de mi ser tras perderlo todo en el pasado, no lo hice bien. La pieza que corresponde a la “vehemencia” la coloqué mal.

Ese ímpetu a veces me fue bien y a veces, me sirvió mal. Esta vez, me ha servido mal y he perdido.

“Mea culpa”, sí.

El destino, la mala suerte; me arrebató a seres queridos. Esta vez, no fue así, fui imperfecto y perdí. Esta vez debo dejar ir, es lo más difícil que tendré que hacer, pero también lo más importante. Por respeto a esta persona y porque la quiero.

Tal vez si dejo de aparecer no me busque.

Tal vez si dejo de intentarlo, la relación de amistad termine.

Tal vez si dejo de enviar mensajes, mi teléfono permanecerá oscuro.

Pero siempre estaré ahí para esta persona. Se lo debo, porque así lo siento.

Sigo aprendiendo, sigo viviendo…